• Elogiar los éxitos de vuestro hijo. Esto hará que se esfuerce en hacer mejor las cosas.
• Demostrar cariño de una forma sincera. Hacerle saber que le queréis.
• Fomentar su autonomía personal.
• Evitar la sobreprotección.
• Ser buenos modelos de autoestima para los hijos.
• Enseñarle a identificar bien cuáles son sus emociones y sentimientos.
• Tener una buena comunicación con nuestro hijo.
• Es mejor decirle qué cosas debe hacer en lugar de las que NO debe hacer. Esto le prepara para hacer las actividades que le propongáis.
• Hablarle mediante “palabras mágicas” (frases positivas): en vez de “esto está mal hecho” es mejor decirle “esto está bien cariño, pero tú y yo sabemos que lo puedes hacer un poco mejor”.
• Hacerle saber que los errores son una parte natural del crecimiento. Todos (incluyendo a los adultos) cometemos errores.
• Tratar de ignorarle cuando tenga rabietas o cuando se comporte de manera inadecuada.
• Agradecerle cuando coopere con vosotros, os ayude, se exprese de buenas maneras hacia los demás, os obedezca y reaccione de forma positiva.
• Responder con cariño cuando se porte bien, indicándole qué fue lo que os gustó de su comportamiento.
• Cuando no se porte bien, hay que separar este comportamiento de su personalidad. Decir por ejemplo: “No me gusta cuando no recoges tus juguetes, pero sé que mañana lo harás mejor porque puedo confiar en ti y eres un campeón”.
• Ayudarle a tolerar frustraciones.
• Enseñarle a sentirse orgulloso de sus logros.
• Valorar sus opiniones.
• Tener una buena coordinación con el colegio de nuestro hijo.
• Fomentar sus relaciones sociales, en pequeño y gran grupo.
• Fomentar su creatividad.
• Descubrir sus cualidades y valorárselas.
• Siempre recordar que se necesita tiempo y práctica para aprender nuevas destrezas. Los niños no aprenden cosas nuevas todas a la vez.
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