PUBERTAD Y ADOLESCENCIA

La pubertad supone la transformación física del niño en adulto. Esto ocurre en pocos meses, durante los cuales sufrirá más cambios que durante los últimos años juntos.

 

En la adolescencia hay diversas fases:

 

• La pubertad, o primera adolescencia (el inicio en las niñas es entre los 8 y los 14 y en los niños de los 9 a los 15 aproximadamente)

• Una adolescencia media (que abarca el periodo entre los catorce y los dieciséis años).

• Una adolescencia superior, que termina en torno a los veinte o veintiún años.

Por pubertad se entiende el conjunto de cambios psicofísicos que suponen el comienzo de la adolescencia.

 

Los cambios físicos van a ser numerosos. Y es fundamental que no cojan por sorpresa, ni a los padres ni al hijo. Antes de que se inicie este proceso deben haber sido motivo de conversación, para que vaya comprendiendo su significado y su sentido.

 

La maduración psicofísica de vuestro hijo tiene unas incalculables repercusiones en lo que se refiere a su personalidad. El DESCONCIERTO suele ser la palabra clave para expresar sus reacciones y las de sus padres. La causa más inmediata de este desconcierto es que todo está cambiando y él no está teniendo parte activa en este proceso. Los cambios se suceden y van más deprisa de lo que es capaz de asimilar.

 

El rasgo más significativo es el inicio de la propia personalidad, de un mundo interior de inagotables posibilidades. Esta es, sin duda, la razón que en última instancia justifica la tan traída y llevada “rebeldía”.

 

Rebeldía que, por las dificultades que comporta, tanto para el propio adolescente como para los que con él conviven y trabajan (profesores, tutores…) ha adquirido en demasiadas ocasiones un sentido peyorativo. Y esto es erróneo , pues esta rebeldía, no sólo es necesaria, sino que es el único medio para que el adolescente adquiera una autonomía plena y se convierta en un ser verdaderamente libre y responsable de sus actos.

 

Los padres no deben olvidar que la pubertad desencadena, con mayor o menor virulencia, una crisis de oposición con el mundo de los adultos, dentro del cual están los padres.

 

Los padres debéis potenciar desde el hogar que el adolescente se integre poco a poco en el mundo de los adultos:

 

• Mediante la asunción de responsabilidades

• Mediante la ayuda en la toma de decisiones

• Mediante el reconocimiento y apoyo

• Mediante una buena comunicación. Cualquier momento del día será bueno para hablar con nuestro hijo. Cuando él nos busque, nos deberá encontrar, sea la hora que sea.

 

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