La vida está llena de complicaciones y dificultades, por ello no es bueno tener a los hijos en una burbuja, protegerlos en exceso. El día de mañana se enfrentarán al mundo solos y necesitarán herramientas para poder con las dificultades, fracasos y desengaños. Debemos entrenar a nuestros hijos desde bien pequeños para que aprendan a no desanimarse y a ser constantes ante las dificultades, si no lo hacemos, serán niños que se asustarán, no se verán capaces, se desanimarán ante las dificultades y tendrán una baja autoestima.
La primera norma para este aprendizaje es no sentirse mal cuando les digamos no, el no les ayuda a crecer. Los niños no quieren menos a sus padres por ello, todo lo contrario, descubren que seguir las pautas de mamá y papá les son de utilidad.
Surgirán miles de situaciones en las que nuestros hijos quieran hacer lo que ellos quieran y seremos los adultos los encargados de enseñarles cómo y cuando hacerlo.
Para ayudarles a no frustrarse en el futuro ante las dificultades y que sean personas constantes, seguras de sí mismas, con las ideas claras, que luchen por sus objetivos sin permitir que la frustración les domine, debemos enseñarles a tolerar la frustración en cada etapa evolutiva, para ello son importantes las siguientes pautas:
– Evita la sobreprotección
– Evita ser excesivamente permisivo
– Trabaja su autonomía personal
– Pon límites a sus innumerables peticiones
– No todo lo que piden debe ser satisfecho inmediatamente, deben aprender a posponer una satisfacción
– Enséñales a no conseguir las cosas mediante el llanto
– No tener miedo a decir “no”
– Haz que haga las cosas por sí mismo, aunque se equivoque
– Enseñarles que de los errores se obtienen enseñanzas que nos hacen mejorar. ¿Quién aprende sin equivocarse?
– Los hijos deben aprender a aceptar el fracaso y el error
– En los juegos no le dejes ganar siempre
– En el deporte anímale cuando pierda, no siempre se gana
– Enséñales a ver en todo fracaso algo positivo
– No reforzar su rabia ante la frustración, si decimos que no, no cambiemos de opinión por su rabieta
– Los padres son un ejemplo para ellos, demuestra ante fracasos o situaciones difíciles cómo mantener una actitud positiva
– Educa en el esfuerzo, acorde a su edad
– Márcale pequeños objetivos a cumplir
– Analiza con él las situaciones, habla con él sobre sus errores y fracasos
Recordar siempre que ser buenos padres es proporcionar amor a los hijos y proporcionar también frustraciones, siempre acordes a su capacidad, edad y entrenamiento de nuestro hijo.
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