A través de la televisión, los niños pueden aprender cosas que no son apropiadas ni correctas, ya que muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia constante de anuncios comerciales que ven a lo largo del año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas de preparación rápida, juguetes…
La televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento, lenguaje y actitudes que pueden ser difíciles de comprender. La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza , género, el abuso de las drogas y el alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los jóvenes impresionables pueden asumir que eso que ven en la televisión es lo normal, seguro y aceptable.
Hay que conseguir que los niños sean televidentes críticos y conscientes de lo que les está ofreciendo la televisión y de este modo serán capaces de cuestionar o de opinar sobre los mensajes recibidos. Para ello van a ser muy importantes los siguientes puntos:
o Enseñarles desde el principio que no todo lo que vemos por la tele es realidad.
o Sentarnos con ellos a ver la tele.
o Señalarles los comportamientos positivos como la cooperación, la amistad y el interés por los otros.
o Señalar el lenguaje adecuado en las conversaciones y maneras de hablar incorrectas. Explicar cómo se puede aun llevando la razón, perderla por el lenguaje y tono que utilicemos al hablar… Hoy en día hay muchos programas que muestran lo que no se debe hacer.
o Mientras están mirando la televisión, hacer conexiones con la historia, libros, lugares de interés y eventos personales.
o Hablarles de los valores personales y familiares y de cómo se relacionan con lo que están viendo en el programa.
o Pedir a los niños que comparen lo que están viendo con algunos sucesos reales.
o Hacerles saber las verdaderas consecuencias de la violencia, drogas…
o Discutir con ellos sobre el papel de la publicidad y su influencia en lo que se compra. Sois los padres y los educadores los que debéis enseñar a los niños la realidad del mundo comercial.
o Comentar con ellos los contenidos de los programas.
A pesar de estas orientaciones es decisivo que los niños estén preparados para lo que ven por la televisión, por ello deben ver televisión apropiada a su edad. Una forma de controlar los contenidos es limitando la televisión a las tardes, los niños tienen que dormir mucho. La televisión no debe interferir en los horarios de sueño de los hijos, en los que, se concentran los contenidos menos indicados.
El niño vive en un entorno audiovisual que puede ser determinante en su formación. Hay que aprender a utilizar el enorme potencial que tiene la televisión para la educación de los hijos.
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